martes, 8 de diciembre de 2015

DROGA CANÍBAL.

Este último año ha sido varias veces protagonista en los distintos medios de comunicación la llamada "droga caníbal" por los distintos episodios violentos y la alarma social que se ha creado a partir de estos.
Primeramente, esta sustancia psicoactiva compuesta por metilendioxipirovalerona (MDPV) fue utilizada inicialmente como antidepresivo en 1969, pero su uso fue descartado por los notables efectos secundarios. Posteriormente, en 2004, volvió a ser utilizada pero esta vez con fines recreativos.
Sin embargo, no toda la población estaba al tanto de su existencia (al igual que otras drogas actualmente) pero fue a lo largo del 2014 y 2015 cuando la sociedad tuvo un mayor conocimiento sobre ella por las fuertes noticias causadas en personas que permanecían bajo sus efectos.
Esta droga también es conocida como "sales de baño" puesto que su comercialización comenzó bajo esa denominación, en la cual nombraba que no era apta para el consumo humano. Por lo tanto su comercio era legal, así como lo hizo la ketamina en sus inicios para medicina veterinaria. Ante los efectos y la alarma general, países como Gran Bretaña o Canadá ha prohibido su venta.
Por lo tanto, la MDPV produce claros efectos estimulantes, puesto que es un inhibidor de la captación de noradrenalina (hormona que produce un aumento de la presión arterial y del ritmo cardiaco) y dopamina (neurotransmisor importante en la función motora del organismo). 
Sus efectos comienzan a manifestarse a partir de los 5 miligramos. Entre los efectos que buscan las personas que la consumen son: la euforia, excitación, energía, motivación, aumento de la concentración o de la sociabilidad. Es decir, los mismos efectos que buscarían los consumidores de otras drogas, como por ejemplo, la cocaína (con la cual comparte una gran similitud respecto a respuestas físicas ante su consumo).
Por otra parte, esta droga tan alucinógena y adictiva (puesto que su efecto "agradable" dura poco tiempo) provoca numerosos efectos perjudiciales: taquicardia, hipertensión, insomnio, bruxismo, cefalea, mareos, disnea, paranoia, delirios, acciones o pensamientos suicidas, y ansiedad que provoca conductas violentas. Con este último efecto ha sido con el que más se ha conocido, puesto que algunos consumidores han llegado a morder a personas (de ahí su nombre y su popularidad) como ha ocurrido en Ibiza en el verano de 2015.
A continuación comienza la parte más importante de esta entrada. Es cierto que la droga ha provocado efectos realmente violentos, pero no por ello significa que sus consumidores presenten todos esos síntomas y acciones como se han difundido creando la alarma general que se ha extendido. Sus consumidores no comienzan automáticamente a morder a personas como un efecto propio, sino que algunas de las acciones violentas, que sí produce la droga, han implicado un par de episodios en los que se han sufrido mordeduras. Por lo tanto, las denominaciones como "ataques zombies" y demás falsedades acerca de su efecto deben de ser desmentidas, puesto que no es un instinto caníbal lo que produce esta sustancia, sino una actitud agresiva que puede llegar a un extremo.
Puesto que esas escenas han servido en gran medida para beneficiar a los medios de comunicación con su difusión, es necesario saber toda la información antes de crear una idea equivocada. Por ejemplo, el ataque que tuvo lugar en Miami en 2012 ,donde una persona atacó a un indigente mordiéndole, se le atribuyó a los efectos de la MDPV; sin embargo, al realizar la autopsia al agresor se observó que no había consumido dicha sustancia. 
En conclusión, esta droga tiene unos efectos nocivos realmente peligrosos (comunes en el resto de drogas) pero la difusión de sus síntomas ha estado enmascarado en ciertos momentos por la ciencia ficción y el morbo propio de los medios de comunicación actualmente.

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