domingo, 17 de enero de 2016

¿CÓMO SE JUSTIFICA EL CONSUMO?: LAS DROGAS Y SUS MITOS.

Los "cuentos chinos" de las drogas

Suele ser habitual que los consumidores de cualquier tipo de droga respalden su consumo en alguno de los mitos existentes que le restan importancia o minimizan los importantes y nocivos efectos de este tipo de sustancias.
De este modo, en función del tipo de droga y las consecuencias que su consumo acarree, conocemos diferentes "frases comodín" que están habitualmente en boca de aquellos que viven condicionados por las drogas. Aprovechamos para recordar que toda droga viene de la mano de una adicción, y que ésta última puede darse en diferentes grados pero SIEMPRE provoca un control absoluto sobre nuestras vidas.
En el caso de los fumadores, la dependencia es debida a la presencia de la nicotina en los cigarrillos. Así, dichos consumidores suelen justificar su actitud diciendo cosas del tipo "fumarme un cigarro me relaja". Esta afirmación es del todo falsa, debido a que el tabaco es una droga estimulante, lo que elimina cualquier tipo de propiedad relajante. Con todo, sí es cierta la existencia de una sensación de alivio al consumir un cigarro. Ésto es consecuencia de la supresión de los síntomas derivados de la abstinencia producidos por la falta de nicotina en nuestro cerebro. Otra de las frases recurrentes son las del tipo "puedo dejar de fumar cuando quiera, no estoy enganchado/a". Así, resulta sumamente complicado y se necesita un gran esfuerzo y fuerza de voluntad para dejar el tabaco.
Otra de las drogas más habituales y consumidas en nuestro país es el alcohol. Aquellos que realizan un consumo de esta sustancia, intentan buscarle el lado bueno exponiendo que "el alcohol te hace más sociable y divertido". Cuando el consumo de alcohol se vuelve abusivo, esta sustancia hace perder el control sobre las emociones y los sentimientos. De todos modos, cabe decir que a lo largo de los primeros minutos tras haber ingerido alcohol, es notable una sensación de aparente bienestar y alegría. Del mismo modo, a medida que el nivel de alcohol ingerido aumenta, las sensaciones se vuelven completamente contrarias. Es entonces cuando aparece la fatiga, el sueño, la tristeza, así como la pérdida de la coorfinación, del equilibrio, etc.
Otra de las drogas consumidas de manera generalizada y poco preocupante (sobre todo entre los jóvenes) es el cannabis. Así, no es extraño ver como los consumidores muestran un extraño convencimiento del autocontrol que poseen en cuánto al consumo que realizan. "Yo controlo", "no estoy enganchado/a", "fumo poco" o "lo dejo cuando quiera" son algunas de las muchas justificaciones utilizadas. Lo realmente preocupante del consumo de cannabis es, además de la adicción y consecuencias tanto físicas como psicológicas que acarre, el paso que da al inicio en el consumo de otras drogas como la cocaína o la heroína. Esto es debido a que cuando el consumo de cannabis es prolongado y abundante, resulta habitual que los consumidores no noten sus efectos, se disminuya el efecto placevo y, por tanto, busquen recuperarlo a través del consumo de otras sustancias.
Por último, ya que hemos abierto el tema de la cocaína, es importante destacar que esas creencias de "la cocaína te ayuda a aguantar toda una noche de fiesta", "su consumo es fácil de controlar" o "no engancha" son totalmente falsas. De hecho, la cocaína es una de las drogas con mayor capacidad para generar adicción en nuestro organismo.
Por todo esto, resulta ridículo creer que afirmaciones como las anteriormente citadas guardan algo de verdad. No hay NADA positivo en el consumo de cualquier tipo de droga.

lunes, 11 de enero de 2016

EMBARAZO Y DROGAS: LA COMBINACIÓN MÁS TEMERARIA.

Resulta de vital importancia que una mujer embarazada se muestre informada, concienciada y sensibilizada sobre las fatales consecuencias que puede desencadenar el consumo de cualquier tipo de droga a lo largo del embarazo en su bebé.
La raíz del problema está en que cuando una mujer embarazada consume drogas está provocando que el feto comience a sentir los efectos de dicha sustancia puesto que, como es sabido, existe una conexión directa entre la madre y el bebé, lo que provoca el riesgo de que el feto genere dependencia. Así, las drogas más habituales como son la marihuana, el tabaco, el alcohol, la cocaína y la heroína provocan una serie de importantes consecuencias en el desarrollo del bebé, tanto físicas como psicológicas.
Alguna de estas consecuencias son la escasez de oxígeno y nutrientes que llegan al embrión (ésto puede desembocar en un cuerpo más pequeño de lo habitual a la hora del nacimiento, incluso un cerebro de menor tamaño a lo normal). El consumo de drogas, además, aumenta notablemente el riesgo de sufrir un aborto.
Una vez nacido, es habitual que el bebé sufra un desarrollo alterado, con trastornos de coordinación motora, hiperactividad, ligero retraso mental, problema de relación y autocontrol, fallos cardíacos, malformaciones, entre otras cosas.
Así, ser madre implica una tremenda responsabilidad, desde el momento del inicio del embarazo. La madre es la responsable de cuidar y velar por el mantenimiento de la salud de su hijo, para que pueda aspirar a un desarrollo pleno y saludable, sin ningún tipo de dependencia a estas sustancias cuyo consumo, evidentemente, no ha sido elección del embrión.
                                                      

LEGALIDAD Y DROGAS: ¿TÉRMINOS COMPATIBLES?

En los últimos años, se ha producido un alarmante incremento en el consumo de drogas por parte de adolescentes. El inicio de este consumo se encuentra, generalmente, en las "drogas legales", en concreto, en el consumo de alcohol. 
La sociedad no tiene interiorizada la idea de "alcohol como droga", por lo que el consumo de éste a los 14-15 años no resulta excesivamente alarmante, a pesar de la gravedad del hecho. Son muchos los casos en los que el consumo de alcohol viene de la mano con el del tabaco (el cual, a pesar de sus letales consecuencias, tampoco es popularmente considerado una droga).
Legalmente, tanto el alcohol como el tabaco son consideradas "drogas legales". Personalmente me resulta irónico el hecho de que el término droga pueda ir seguido de la palabra "legal". ¿Cómo una sustancia cuyo consumo resulta nocivo, tremendamente dañino para nuestro cuerpo y en ocasiones mortal, puede ser considerada algo  legal? Ambas provocan adicción (sobre todo el tabaco, debido a que la dependencia se produce de forma mucho más inmediata al inicio del consumo), daños cerebrales y funcionales, etc.
Suele ser habitual que los jóvenes se inicien en el consumo por puro roll o moda, o simplemente por no desentonar en lo que hoy en día es considerado una conducta normal entre los jóvenes. De este modo, los adolescentes van "pasando de nivel" en lo que a drogas se refiere. El consumo raramente se queda en la legalidad. Normalmente, el siguiente paso es la marihuana o el hachís, consumidos como porros. 
Numerosos estudios avalan que el consumo de porros antes de los 16 años causa cambios en el cerebro que derivan en la pérdida de capacidades cognitivas. Se demostró también que es esta exposición temprana la que más impacto tiene en nuestro cerebro, además de aumentar el riesgo de padecer enfermedades mentales (como por ejemplo la esquizofrenia) y dificultades para mostrar una buena cognición. Esto es debido a que todo cerebro en desarrollo es vulnerable ante cualquier factor lo suficientemente intenso.
Al hablar con adolescentes consumidores de cannabis, es habitual escuchar comentarios del tipo "yo controlo", "se lo que hago", "todos lo hacen", "yo me quedo en los porros, no voy a pasar a más", etc. Una mentira como otra cualquiera.
La mayor parte de jóvenes que consume viven con la sensación de autocontrol, de que ellos nunca tendrán problemas con las drogas y que, por supuesto, nunca caerán en el consumo de drogas más fuertes.
Es destacable el hecho de que fumar porros en la etapa adolescente estáligado a problemas como el fracaso escolar, la dificultad para mantener una relación sentimental (debido a la falta de control sentimental), etc.
Así, es hora de replantearse la legalidad de ciertas sustancias, como el alcohol o el tabaco ya que, además de provocar daños en nuestro organismo, son la puerta al consumo de muchas otras drogas ilegales.

                                  

domingo, 3 de enero de 2016

¿ALCOHOL=DROGA?

El alcohol se puede definir como “droga socialmente aceptada e integrada en nuestra cultura" y por ese grado de aceptación, en muchas ocasiones, la sociedad se olvida de su condición de droga.
Esta dentro de las drogas depresivas, lo que significa que disminuye las funciones vitales, y como resultado aparece mala articulación del lenguaje, inestabilidad en los movimientos, percepciones alteradas e incapacidad para reaccionar con rapidez.
Aunque se clasifica como depresivo, el efecto viene determinado por la cantidad de alcohol que se consuma. El primer efecto es el estimulante, con dosis “inofensivas” que animan al consumidor y no provocan en él ningún daño. Pero si una persona consume más de lo que su cuerpo puede tolerar, experimentará el efecto depresivo del alcohol, y perderá el control sobre sí mismo, incluso el exceso de consumo puede provocar intoxicaciones etílicas que lo lleven a la muerte. Estas reacciones dependen de la cantidad de alcohol que se consuma y de la rapidez con la que se consuma.
Una habituación al consumo de alcohol lleva a una adicción, similar a lo que acurre con el resto de drogas. El principal síntoma del alcoholismo es el síndrome de abstinencia tras dejar el consumo de bebida entre uno y cindos dias, los síntomas más característicos son :ansiedad, nerviosismo, depresión, fatiga, irritabilidad, altibajos en el estado anímico y falta de claridad al pensar. En el grado más alto de la abstinencia se pueden llegar a provocar convulsiones, alucinaciones y fiebre.

Los efectos crónicos del alcohol a largo plaza son variados, entre ellos está la hipertensión; producida por el abuso de esta sustancia, la gastritis o úlceras gastroduodenales y la cirrosis hepática. También, entres los efectos del alcohol a largo plazo predominan las cardiopatías, es decir, enfermedades del corazón, así como las alteraciones del sueño, la depresión y el deterioro cognitivo o encefalopatías.

Además, cabe destacar que entre los efectos del alcohol a largo plazo también ,ocasionalmente, aparece demencia y trastornos psicológicos.